El gorrión
Gelesen von Alba
Jorge Isaacs
Ven a mi estancia,
triste avecilla,
del hombre huésped,
de su hijo amiga.
Cerca a tu techo
moras en climas
do el sol las nieblas
tarde disipa.
Ven a mi estancia,
haz tus visitas,
que aquí no hay niños
que te persigan.
No tengo flores...
Mi mano cuida
menudos granos
para tu cría.
Vivo tan solo,
¡tan pobre! mira
la oscura alcoba
de mis vigilias;
el lecho humilde
do se reclina
mi sien, y olvido
tanta desdicha.
Sube a mi mesa,
curiosa trisca,
pica las plumas,
los libros mira...
¿Qué te sorprende?
Hojas escritas
ruido formaron
con tus alillas.
¡Ay! Esas flores
que ahora picas
a nada huelen,
¡están sin vida!
¿No las conoces?
Están marchitas.
¡mas fueron bellas!
La esposa mía
del suelo patrio
cogiólas vivas;
de sus cabellos
adorno un día
fueron, y cuando
tiernas caricias
fue a prodigarme
tómelas. Brillan
algunas gotas
hora caídas
en sus corolas
¡antes tan lindas!
No te envenenes,
tente, no sigas...
Son hiel de mi alma,
¡lágrimas mías!
¿Partes? la noche
lenta y sombría
del monte baja;
¡vete, avecilla!
Si acaso truena,
si el viento silba
haz que yo escuche
tu cancioncilla.
Cuenta las horas,
mi dulce amiga,
que el desterrado
pasa en vigilia.
1860
Este libro pertenece a la colecciòn Alba Learning.